Seguramente ésta sea la primera vez en nuestras vidas que vemos arder, incesantemente, durante meses, el mismo rincón del planeta. El sureste australiano está siendo azotado por las llamas desde el pasado mes de octubre.
¿Usted cree en el cambio climático? ¿Cree que estamos inmersos en un calentamiento global resultante de las emisiones antropogénicas de combustibles fósiles?
Estas preguntas encierran una peligrosa trampa: el cambio climático no es cuestión de creencias ni de fe.
Se estima que en el mundo hay unas 8 millones de especies de animales y vegetales. Son, hasta cierto punto, como las palabras. Unas son raras. Algunas muy viejas. Otras son muy comunes y abundantes.
Los grandes incendios forestales atizan cada verano a nuestro país. Y lo hacen con una intensidad cada vez mayor. En 2017, por ejemplo, vimos por primera vez en Europa (Portugal) un incendio que quemaba 5 000 hectáreas en tan solo una hora (lo normal era que lo hiciera en varios días) y dejaba un desolador paisaje, con 64 fallecidos.
Roman Demkiv/Shutterstock Los incendiarios no son la causa de los grandes incendios forestales. Tampoco lo son las colillas, los tendidos eléctricos, los estercoleros ni las negligencias agrícolas.
La zona del mundo que más se quema anualmente está en el corazón de África y rodea la cuenca del Congo (fig. 1), donde se encuentra el segundo bosque tropical más importante del mundo.